domingo, 7 de noviembre de 2010

No sabía

Creía que había conocido lo que debía, sabiendo que de la vida en realidad no sabía; Sabía que había un tiempo para cada cosa, y era cierto; lo que no sabía, era que no siempre se puede ser dueño de esos tiempos
Aunque nunca me creí amo de la verdad, porque sabía que no sabía todo, lo que en realidad ocurría era, que no sabía lo que no sabía
Miro atrás y algo he sabido, miro adelante y me inquieta; Porque descubrí algo fuerte y no previsto en mi saber.
No sabía que existen cosas, que sin buscarlas te vienen; o quizás no descubrí exactamente, y lo que deseaba encontré; mas no sabía de eso, o más bien no quería saberlo; Resignado a saber sin vivir, había cerrado las puertas de mí.
Un suave viento hizo sonar mi árbol, no tardaron las hojas débiles en caer, la brisa se coló por mi ventana, y era agradable sentir. Abrí una puerta un poquitito, de curioso, de inquieto, por saber; Y la brisa fue un huracán. Derribó mis hojas, y mi viejo saber
Ahora sé lo que no sabía, y que queda mucho por saber. Que no se hace uno sabio por cerrar puertas, y es de tonto liar hojarasca con un cordel.
Y al final de todo esto, de saberes y no saber, nunca sabré bien el cómo, ni siquiera el porqué; Pero ese huracán tiene nombre, tiene nombre de mujer

No hay comentarios:

Publicar un comentario