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Se me ocurre que los genios del pensamiento más se hacen que nacen. Que son el producto de su fealdad, de su inseguridad más profunda, del resentimiento, del fracaso percibido aún inconsciente en los brazos maternos. Ese es su motor. Hacen lo que pueden, lo único que pueden, pensar y pensar. Y no son misóginos por ser genios, son genios porque jamás supieron del sex appeal
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