Una histérica es mucho peor que una puta, porque se ofrece y luego no accede ni por dinero. En este sentido podría decirse que es una estafadora
Las putas tratan a los hombres como si todos fueran iguales. Las histéricas también (pero los toman por boludos, y con razón)
La histeria es el epítome de la femineidad, veneno refinado al máximo.
La mujer histérica canta como las sirenas de Ulises, pero su melodía termina doliendo. Y hay quienes quedan sordos
La histérica seduce a todos los hombres, pero sólo se ama a sí misma
Nadie domina el arte de la seducción como la histérica, y nadie es capaz de provocar tanta decepción.
La mujer histérica y hermosa debería ser temida y odiada. Sin embargo es admirada y amada.
Los hombres inteligentes se revelan ignorantes ante la mujer histérica y hermosa
Cuando un hombre casado es engañado por su mujer se transforma en un cornudo real; En cambio, el hombre casado con una mujer histérica, aunque no sea engañado, es un cornudo virtual
La mujer histérica es como el erizo, que lastima aún sin pretenderlo
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