lunes, 15 de noviembre de 2010

Psicólogos

Amo la Psicología y admiro a los psicólogos, pero detesto -especialmente si éstos son mis amigos- darme cuenta que, muchas veces, sobre todo cuando una charla marcha por el camino de la tensión o el disenso, suelen correr raudos a tomar las armas que usan en el ejercicio de su noble arte. Y si bien en las circunstancias adecuadas -las sesiones de psicoanálisis- corresponde usarlas y su eficacia es probada, en el ámbito de las comunicaciones interpersonales (no terapéuticas), este proceder puede ser altamente irritante.

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